Chapter 157
Capítulo 157
Sofía se sentia un poco incómoda bajo la mirada de él. Al mirar la hora, se dio cuenta de que ya pasaba del mediodía. Probablemente él había bajado con la intención de almorzar.
Se había entretenido tanto observando el cactus que había olvidado completamente la comida.
Sofía dejó la regadera y se dirigió hacia la casa.
Rafael también la siguió hacia el comedor.
Sofia notó que el hombre la seguía como un niño hambriento que persigue a su madre, esperando ser alimentado.
Pensando en su herida, decidió darle prioridad. “Se me olvidó preparar el almuerzo, ¿te parece bien si comemos empanadas?” sugirió, pensando en algo ligero para él.
“Está bien.” Rafael no era quisquilloso con la comida; tener algo para comer ya era suficiente. Además, ya había probado antes las empanadas que Sofía preparaba y le parecían deliciosas, incluso eran mejores que las de algunos hoteles de cinco estrellas.
Sofia fue a la cocina a preparar las empanadas mientras Rafael esperaba pacientemente sentado en la mesa.
Después de moler la carne y mezclarla con los condimentos, empezó a rellenar las masas que había comprado el día anterior y guardado en el refrigerador, lo que hizo que el proceso fuera más rápido.
En aproximadamente media hora, ya había dos platos de empanadas sobre la mesa, acompañadas de algunas verduras cocidas, ofreciendo un aspecto apetitoso.
Ambos se sentaron frente a frente, comiendo en silencio, disfrutando de las empanadas.
Rafael comia rápidamente y pronto terminó su plato. Lo puso a un lado y continuó sentado, sin mostrar intención de irse.
Viéndolo terminar, Sofía le sugirió, “Puedes ir a hacer lo tuyo; yo lavo los platos cuando termine.” Text content © NôvelDrama.Org.
Sin embargo, notó que el hombre al otro lado de la mesa no se levantaba para irse.
Sofía continuo comiendo. Después de un rato en silencio, escuchó la voz de Rafael decir, “Ya arreglé lo del papeleo para la casa.”
Sofía se quedó boquìabierta con una empanada en la mano, que terminó cayendo de nuevo en el plato.
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Él había hecho una afirmación, lo que significaba que había escuchado su conversación telefónica con el agente inmobiliario.
¿Estaba buscando una confrontación?
Rafael, al ver que Sofía no respondía, insistió tranquilamente, “¿Has hablado con Leo y Noe sobre cuándo te mudarás?”
Al oír eso, Sofía levantó la vista, incrédula, tratando de descifrar sus intenciones a través de su expresión. Sin embargo, no pudo encontrar ningún indicio de enfado en su rostro, el cual permanecía sereno.
“¿Qué pasa? ¿Tengo algo en la cara?” preguntó Rafael, confundido, al notar la intensa mirada de Sofía.
Ella negó con la cabeza, “No… no es nada.”
Rafael, viendo que Sofía aún no respondía a su pregunta anterior, volvió a preguntar, “¿Entonces?”
Sofía, con los ojos muy abiertos, finalmente entendió, “¿Cuándo me mudaré?”
Parecía que Rafael encontraba extraño su comportamiento de ese día, parecía perdida en sus pensamientos.
Con un suspiro, aclaró, “Me refería a cuándo planeas mudarte.”
“El agente dijo que puedo recoger las llaves mañana. Ya está todo listo; es una casa de segunda mano. Solo falta limpiar y comprar algunas cosas. Si todo va bien, debería poder mudarme la próxima semana,” explicó Sofía sobre la mudanza, recordando que aún no
le había dicho a Noe.
“Le mencioné a Leo sobre la compra de la casa, pero Noe todavía no