Capítulo 215
Capítulo 215
Saliendo del Registro Civil, Rafael miraba fijamente el pequeño libro rojo en sus manos, marcado con las palabras “Certificado de Matrimonio“. Finalmente, había vuelto a su vida.
Cogió otro de las manos de Sofía, tomó una foto y luego lo guardó directamente en su bolsillo, diciendo: “Lo guardaré yo.”
¿Y si nos divorciamos otra vez? preguntó Sofía, a medio camino entre en serio y en broma.
“Ni lo sueñes,” respondió Rafael de manera amenazante, y luego, de manera dominante, agarró la mano de Sofía y se subieron al auto.
En el auto
Rafael conducía, mientras que ella permanecía sentaba en el asiento del copiloto. This is property © of NôvelDrama.Org.
Ambos acordaban que, siendo viernes y habiendo obtenido su licencia, deberían visitar la casa ancestral para informar al anciano. Rafael dejó a Sofía en su estudio antes de regresar a la empresa.
Apenas entró en su oficina, sacó su móvil, buscó la foto del certificado de matrimonio que acababa de tomar y la envió a un grupo de amigos.
No pasó mucho tiempo antes de que el grupo estallara en comentarios.
David envió un emoji de un pulgar hacia arriba sin decir palabra.
3 2 7 5 2 2 2 2 2 2 8 5 5 2 3 5 5 2 2 2
Oscar: [Hermano, jeres un crack!]
Sergio: [Parece que mi consejo sí sirvió, ¿eh?]
Simón: li¿Cuándo ocurrió todo esto?!]
Rafael, en un extraño buen estado de ánimo, respondió con un simple “Hoy” y luego dejó su móvil a un lado, sin dar más atención al grupo,
concentrándose en su trabajo.
Simón seguía preguntando detalles en el grupo, pero nadie le prestaba atención. Insistente, terminó llamando a Rafael, quien, concentrado en su trabajo, ni siquiera contestó la llamada.
Rafael estaba ocupado; quería terminar su trabajo pronto para recoger a su esposa e hijos, y regresar felizmente a la casa ancestral para cenar. No tenía tiempo para chatear con Simón.
La noche anterior, al volver solo a casa y encontrarla vacía, se sintió increíblemente solo y desdichado, la ausencia de cualquier sonido lo hacía sentir aún más solitario, por lo que casi no llegó a conciliar el sueño y se levantó temprano para dirigirse directamente a Jardín de Río. Se prometió a sí mismo que nunca volvería a estar solo en esa mansión.
Después de que Sofía aceptara volver a casarse, Rafael comprendió lo aterrador que era vivir solo, sin el bullicio de la vida familiar, sin nadie con quien hablar, haciendo que cualquier actividad pareciera carente de sentido.
Incluso llegó a envidiar a Leo y Noe, quienes antes dormían cada noche con Sofía.
Al entrar ésta al estudio, se encontró con Camila, que justo salía Al ver la sonrisa en el rostro de Sofía, Camila notó que algo había cambiado en ella.
“Sofi, con esa sonrisa en tu rostro, no puedo evitar sospechar que tú y el Sr. Amorós…”
Camila se detuvo, su expresión de hesitación hizo que Sofía le diera una palmadita en el hombro, algo avergonzada.
“Mm… es que…” dudó por un momento, al no saber cómo continuar.
“Sofi, ¡dime ya! Me tienes en ascuas,” insistió Camila, claramente impaciente.
“Nos hemos reconciliado.”
Después de que Sofía lo dijera, Camila no reaccionó con la sorpresa esperada, sino que con una voz madura comentó: “Vaya, pensé que era algo serio. Era cuestión de tiempo.”
“¿Por qué dices eso? Realmente estuve dudando acerca de ello,” Sofía había tenido sus reservas.
*Con alguien como el Sr. Amorós, ¿cómo podrías escapar? Era cuestión de tiempo que cayeras otra vez. Reconciliarse estaba dentro de mis expectativas.”
Camila pensó que con el aspecto y la fortuna del Sr. Amorós, una vez que él decidiera hacer un movimiento, y sabiendo que Sofía aún lo tenía en su corazón, era obvio que volverían a estar juntos. Así que cuando Sofía mencionó su reconciliación, no le sorprendió en absoluto.
Era algo bueno, pensó Camila, el Sr. Amorós parecía ser sincero y era hermoso ver a Sofía feliz, con su familia reunida de nuevo.