Capítulo 552
Capitulo 552
Al ver que Natalie se sonrojaba, Leonardo sonrió,
-Natalie, esto es lo que me prometiste, no puedes arrepentirte.
Leonardo, con sus largas piernas, se había acercado a Natalie mientras hablaba.
Al ver el deseo en sus ojos, Natalie dio un paso atrás y cuando estaba a punto de decir algo, Leonardo la abrazo para bajar rápidamente.
-¡Ah!
Natalie alzó los brazos para enganchar su cuello, el chal que cubría su cuerpo se deslizó.
Leonardo miró hacia abajo y su cuerpo se tensó.
El vestido con escote y halter delineaba los contornos de los pechos de Natalie, los contoros envueltos
en el vestido estaban ocultos, y la piel de su pecho era tan blanca como la nieve, él ya no podía
aguantar más.
Leonardo respiró hondo, y la mano que sujetaba a Natalie se tensó inconscientemente.
-Ya no quiero cenar.
Comprendió el significado implícito, se sobresaltó y se apresuró a decir: -Yo… Tengo hambre, quiero
cenar.
Al ver el rechazo en sus ojos, Leonardo asintió decepcionado: -De acuerdo.
La dejó en la mesa, Leonardo no se sentó frente a ella sino a su lado.
Natalie estaba perdiendo el apetito porque se fijaba.
Tras unos segundos de silencio, miró a Leonardo y le dijo: -No te olvides, sólo te prometi ponerme este vestido durante la cena, no te prometí nada más…
La mirada de Leonardo parecía un fuego que casi podía quemar y derretir, Natalie no se atrevió a mirarlo y desvió la mirada.
-Lo sé, si no quieres, no te obligaré.
-Está bien…
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Natalie respiro aliviada y cogió los palillos para comer.
Leonardo no comia mucho, le daba comida y la miraba con deseo, como si quisiera desnudarla de
inmediato.
Natalie comio con cara enrojada.
Al verla dejar los palillos, Leonardo dijo con indiferencia: -¿Estás llena?
Natalie asintió con la cabeza, -SI.
-Entonces me toca a mi.
-¿Qué?
Antes de que Natalie pudiera reaccionar, Leonardo le agarró la nuca y la besó.
-Mmm…
Natalie intentó forcejear, pero la otra mano de él le agarró de repente la cintura, y el calor de su palma quemó a través de la fina tela, como si la zona tocada por su palma estuviera ardiendo, y un calor intenso recorrió desde su cintura hasta sus extremidades.
Sus besos eran tan apasionados que Natalie sintió que casi se derretia entre sus besos y su abrazo.
Poco a poco, sus brazos rodearon el cuello de él y la ambigua temperatura aumentó.
La conciencia de Natalie se desvaneció hasta que una palma grande y caliente cubrió su pecho y su
cuerpo temblo.
Al sentir como su cuerpo se tensaba y el fuego bailaba en sus ojos como si quisiera devorarla de inmediato, Natalie sonrió.
-Me llevas al dormitorio.
Leonardo la abrazo y la besaba ferozmente mientras subia.
Lo único que Natalie podía hacer era agarrarse a su camisa, con el cuerpo blando como el agua.
Al entrar en el dormitorio, Leonardo la colocó con cuidado en la cama y se quitó rápidamente el traje. Besaba a Natalie mientras movía sus manos hacia abajo y Natalie también gemia melodiosamente. Leonardo le quitó los tirantes y cuando vio su piel blanca como el jade, respiro cada vez más fuerte.
Justo cuando se besaban apasionadamente, sonó de repente el teléfono.
Leonardo no queria contestar, pero Natalie le empujó.
-Contesta la llamada.