Capítulo 541
Capítulo 541
Fermín estaba tomando el pulso a un paciente y se sorprendió un poco al ver a Leonardo, sobre todo con el aura gélida que emanaba de él, asustando a unos pacientes de su farmacia, parecía que venía a buscar problemas.
-Señor Ramos, toma asiento. Voy a terminar con este paciente.
Después de tomarle el pulso al paciente, escribió la receta y dijo: No comas picante ni bebas alcohol, toma este medicamento tres veces al día, durante diez días. Si no funciona después de un mes, puedes volver. Ve a recoger el medicamento.
Le entregó la receta al paciente, luego se levantó y miró a Leonardo, Ramos, ¿en qué puedo ayudarte?
-¡Aléjate de Natalie!
Señor
Al notar la advertencia en su tono, Fermín enarcó una ceja, -¿Sabe ella que desconfías tanto de ella?
Leonardo lo miró fríamente, -No tiene nada que ver con si confío o no en ella. No quiero que otro hombre esté a su lado tan a menudo.
-Señor Ramos, eres el novio de Natalie, deberías saber perfectamente que a ella no le gusta que la controles.
Leonardo se mofó y le dijo a Fermín: -Doctor Fermín, me curaste la pierna y te lo agradezco. Si necesitas dinero o lo que sea, te lo daré, ¡pero no te acerques a ella!
Leonardo desconfiaba de Natalie por esta cosa tan insignificante, y Fermín sentía que Leonardo no merecía todo lo que hizo Natalie por él. Content is property of NôvelDrama.Org.
Su expresión se enfrió, miró a Leonardo y le dijo: -Señor Ramos, no entiendes a Natalie.
-¡No es asunto tuyo! Si me entero de que vuelves a verla, tu farmacia se cerrará. Después de decirlo, se oyó una voz helada en la puerta.
-Leonardo, si te atreves a hacerle daño a Fermín, ¡dejemos nosotros!
Ambos giraron la cabeza al mismo tiempo y vieron entrar a Natalie enfadada.
Después de colgar el teléfono, sintió que Leonardo no dejaría pasar este asunto. Efectivamente, cuando llegó a la farmacia, oyó a Leonardo amenazando a Fermín y casi explotó de rabia.
Leonardo se sorprendió y se enfadó: -¿Ahora estás defendiéndole?
-¡Sí!
Natalie se acercó a Fermín y miró a Leonardo fríamente, sin temperatura en los ojos.
-Si quieres hacer algo, ven a por mí, no olvides que si no fuera por Fermín, tú seguirías en una silla de ruedas.
-Eso no es lo mismo. Él me curó la pierna, ¿y yo tengo que aguantar que esté a tu lado de vez en cuando?
Al ver el enfado en los ojos de Leonardo, Natalie dijo despacio: -Si no confías en mí, terminemos cuanto antes.
-¡Natalie!
El semblante de Leonardo era tan sombrío como una nube oscura, y su mirada hacia ella era gélida.
-¡Retira lo que has dicho!
Natalie le miró obstinadamente y no dijo nada.
La temperatura alrededor del cuerpo de Leonardo estaba bajando rápidamente, y el aura irresistible oprimía a la gente casi sin aliento.
Sin embargo, Natalie se enfrentó a él como si no sintiera nada.
Fermín notó el ambiente anormal y se apresuró a decir: -Na…. Natalie, el señor Ramos se preocupa por ti, así que habla con él.
Natalie miró con culpabilidad a Fermín, -Doctor Fermín, siento lo de hoy, nunca permitiré que te haga daño.
Al ver que los dos le ignoraban por completo, la cuerda de la cordura en la cabeza de Leonardo se rompió.