Capítulo 440
Capítulo 440
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Morgan le pregunto: -;Quién es Hugo? Su padre se llama Julian, zy ayer fue a enviar flores y hacer reverencias en el cementerio, y ya olvidé eso?
-Ante mi, no necesitas fingir -dijo Carlos-. Si no sabias de eso, no me hubieras ocultado que obtuviste el certificado de matrimonio con Cira. Al actuar primero y pedir perdén después, gno es porque temias
que yo te detuviera? Morgan no dijo nada, levantd una taza de té, la olid y la bruma envolvié sus ojos, ocultando sus emociones.
-Morgan, ahora que eres el duefio de la empresa, saltaste sobre mi y formaste una alianza con Fermin y Osiel, no tengo objeciones. Pero ya que estas en esta posicion y tienes este poder, debes asumir la responsabilidad total de ese asunto. Debes encontrar ese dinero, de lo contrario, para el grupo Nube Celeste, jhabra problemas interminables!
Carlos termino de hablar y se fue. Morgan colocé la taza de té, su expresion se volvid cada vez mas fria y silenciosa, como una extension de hielo y nieve, imperturbable ante el viento y la escarcha.
Llam6 a Ramon: -< Estas libre?
Ramon respondié directamente:
Si, gdénde nos vemos?
Morgan se puso la chaqueta y dijo: -Voy a buscarte.
Al mismo tiempo, en una cafeteria.
Cuando Cira entro en el restaurante, miré a su alrededor y vio a Clara agitardo las manos en la mesa: —j Cira, por aqui!Content bel0ngs to Nôvel(D)r/a/ma.Org.
-Clara, Isabel.
Cira se acercé, las comidas ya estaban servidas. Tenia mucha hambre, asi que se sentd y tomé un sorbo de café antes de tomar el tenedor y probar un croissant a la plancha.
Afirm6 apreciativamente: gEste lugar es nuevo? El sabor es bueno, no esta mal en comparacidn con el que soliamos ir con frecuencia.
Sin embargo, Isabel y Clara la miraban intensamente.
Cira pregunto: -¢Por qué no comen?
Clara fue directamente y le dio un abrazo: -No te preocupes, todo ha pasado.
El lunes, cuando regres6 de su ciudad natal a Sheron en tren de alta velocidad, recibid el mensaje de que Cira y Morgan iban a casarse. Vino apresuradamente, inicialmente con la intencién de
confrontarlos, pero se enteré repentinamente de que el padre de Cira se habia suicidado saltando desde un edificio...
Ese vaivén, ella atin no se habia recuperado, y mucho menos Cira, Clara se sentia bastante afligida. Cira sonrié: -Si, todo pasara.
Clara la abrazo, suspirando durante mucho tiempo, Cira no sabia si reir o llorar: -Realmente tengo hambre, ,esperas a que termine de comer antes de llorar?
Clara rapidamente tom6 el tenedor y le sirvid frenéticamente en su plato: -Come, come, seguro que no has comido bien ni dormido bien estos dias, mira como estas, tan desgastada y delgada... eh?
Espera, gpor qué sentia que Cira habia ganado un poco de peso? Seguro que era una ilusién.
Clara continu6 sirviéndole comida.
Isabel no era tan despreocupada, le pregunto: -,Entonces todavia vas a ir a Xoan?
-Todavia no lo he decidido. Mi madre atin no sabe lo de mi padre. Estos dias no he ido al hospital, temo perder el control emocional tan pronto la vea. La secretaria de Morgan la esta acompariando -Cira dijo.
Clara levant6 la mano de nuevo y dij ayudaré a cuidar de ella.
: -Ya que he regresado, tu mama es mi mama. Si decides ir a Xoan, definitivamente te
Isabel agreg6: -Yo también lo haré.
Cira se sintid conmovida y afirmdé con la cabeza.
Viendo que el estado de animo de Cira parecia estar bien ajustado, Clara casi olvidé que la resistencia al estrés de su amiga siempre habia sido fuerte.
Entonces, ya no fue tan cautelosa y, con curiosidad, pregunto: -Cuéntame, gcdmo terminaste
casandote con Morgan? ¢No fue él quien te forz6?
-Por supuesto que no-reflexion6 Cira-, y estrictamente hablando, atin no hemos completado el papeleo de matrimonio.
El asunto del padre de Cira se descubrid justo a tiempo, y el sello de acero en el certificado de matrimonio alin no se habia estampado.
Clara examin6 el anillo en su dedo y con determinacion dijo: -|Quiero escuchar los detalles de como Morgan te conquisto!
Asi que mientras comian, continuaron charlando y llegaron al mediodia. Sin ganas de cambiar de lugar, decidieron tener otra comida en esa misma cafeteria.
Cuando Clara estaba haciendo el pedido, pidid un pescado a la plancha. Hicieron unos cortes en la
espalda del pescado, vertieron una cucharada de aceite caliente sobre él, la carne del pescado se volted hacia afuera con un sonido crujiente, brillante y resbaladiza, deliciosa y fragante. Al ser servido en la mesa, el aroma fresco llend la habitacion.
Sin embargo, al ser impactada por ese olor, Isabel no pudo evitar apartar la cabeza y solt6é un «jugh!».