Capítulo 260
Capítulo 260
A sus 19 años, Adam debería ser ya el pilar de una familia común.
-Pero seguia siendo un muchacho irresponsable.
La indignación se reflejaba en los ojos de Jana.
Olga trataba de calmar a la tia Jana diciendo, “No todos los jóvenes maduran al mismo tiempo, tia Jana, no se preocupe tanto, Adam eventualmente entenderă.”
Esas palabras, en lugar de consolar, parecian agravar el malestar de Jana.
“Adam eventualmente entenderá“, se repetía, pero, ¿cuándo seria ese dia?
¿Cuánto tendría que esperar Adam para crecer?
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Al contemplar esos pensamientos, un velo de tristeza cubrió la mirada de Jana. Agarró la mano de Olga y dijo, “Ya no espero nada más, solo deseo que algún día me des un nieto. Rodrigo solo tiene a Adam, y él ni se preocupa por el futuro.”
La vergüenza se asomo en los ojos de Olga, “tia Jana…”
“No hay nada de qué avergonzarse, no soy una extraña” Exclamó Jana
Olga continuo, Tiene que entender, tia Jana, estas cosas dependen del mutuo deseo. Rodrigo solo tiene ojos para Sofia, y yo estoy contenta con verlo feliz.”
“¡Esa mujer no lo merece!” exclamó Jana con vehemencia.
Olga suspiró, intentando defender a Sofía, pero Jana pareció adivinar sus intenciones, “No tienes que hablar por ella, Olgal Sé muy bien qué clase de persona es Sofia”
Con la conversación llegando a ese punto, Olga decidió cambiar de tema.
Tia Jana, las ciruelas del jardin están floreciendo hermosamente, ¿por qué no vamos a disfrutar de las flores?”
Claro!” Jana asintió.
El rojo intenso de las ciruelas en llamas contrastaba con la blancura de la nieve, una vista que no podía más que arrancar exclamaciones de admiración.
En la Capital Nube.
En el pequeño restaurante, gracias a la guia espiritual de Sergio, el ánimo de Adam había mejorado bastante.
Sergio, preocupado por la posible desesperación del joven, lo acompañó de regreso al hotel donde se hospedaba, y ambos intercambiaron contactos de WhatsApp, “Adam, vivo aquí cerca, ya te envié mi dirección. Si te sientes mal, puedes llamarme para tomar algo o venir a mi casa a comer algo casero.”
Adam le hizo una reverencia profunda y dijo. “Gracias, Sr. Yllescas.”
Sergio le dio una palmada en el hombro. “No hay de qué, todos pasamos por momentos de confusión y desanimo, jahora entra!”
Adam se giró y camino hacia la entrada del hotel.
Sergio observó hasta verlo entrar al hotel y luego se marché.
“Adam Lozano, murmuró Sergio al aire, sintiendo que algo era extraño.
Por alguna razón, sentía una conexión especial con el joven, como si fuera un pariente perdido de hacia anos.
¿Sería una ilusión?
Sergio frunció el ceño y decidió no pensar más en ello.
La familia Lozano actuaba con rapidez.
Cuatro horas más tarde, llegaron a la Capital Nube.
Eran las nueve de la noche.
El mayordomo, acompañado de algunos guardaespaldas, se dirigió directamente al hotel donde se hospedaba Adam,
El mayordomo comenzó a golpear la puerta.
12:51
Capitulo 260
Adam funcio el ceño, ¿quién seria a estas horas?
Normalmente, el hotel no molestaría a los huéspedes tan tarde.
Por lo tanto, no podia ser el personal del hotel.
Rapidamente. Adam tomo su computadora y con unos clics habiles, accedió al sistema de seguridad del hotel, activando las camaras de vigilancia del pasillo.
Como sospechaba, no era personal del hotel. Era el mayordomo.
¿Qué hacia el mayordomo alli?
Adam entrecerró los ojos seguramente su abuela ya estaba al tanto de su viaje.
Habia llegado a la Capital Nube y el mayordomo lo había seguido.
¿Que significaba eso?
Significaba que su madre debia estar en la Capital Nube.
Al darse cuenta de eso, Adam se lleno de un júbilo incontenible.
¡No habia venido en vanol
Aunque no encontró a su madre, el viaje a la Capital Nube no fue en vano.
Adam dejo la computadora como estaba y se dirigió a abrir la puerta.
“Joven amo!” El mayordomo se inclino respetuosamente.
“Mayordomo, ¿cómo es que has venido?” preguntó Adam con sorpresa.
El mayordomo respondió: “Joven amo, la señora está muy enojada, por favor, vuelva con nosotros.”
Adam estaba algo confundido y dijo. “¿Por qué està enojada la abuela?”
El mayordomo lo miró con una mirada algo compleja y dijo: “Por favor, joven amo.”
Adam continuó: “Espera un momento, todavía tengo cosas que empacar”
El mayordomo miró a los guardaespaldas detrás de él y dijo: ‘Deja que ellos se encarguen.”
“Bueno, tomaré mi teléfono y computadora.” Adam regresó a la habitación y cuando volvió, traia consigo un teléfono y una computadora.
Su computadora era muy ligera y delgada.
Parecia no pes
pesar mucho en su mano.
“Mayordomo, ¿puede decirme por qué la abuela de repente quiere que regrese?”