Capítulo 10
Capítulo 10
Capítulo 10
Hasta ahora, después de tres años juntos, ella habia estado con Hector en sus momentos más dificiles, acompañandolo paso a paso, llevando a Cedres poco a poco de vuelta albuen
camino
¿Pero al final, que había obtenido?
La traicion de Hector
Y también un “eres demasiado fria y dominante de su parte
Si no se hubiera armado a si misma con frialdad y dominio, ¿cómo habría podido enfrentar las dificultades y obstáculos que quedaban por delante?
Si no se hubiera armado a si misma con frialdad y dominio, ¿quién sabe como ese hombre la habria lastimado? Text property © Nôvel(D)ra/ma.Org.
Si no se hubiera armado a si misma con frialdad y dominio, no hubiera podido dejar de ser una carga para Héctor en el caso de que algo hubiera salido mall
Sin embargo, al final lo que obtuvo fue más tristeza y quedar en ridiculo
Ella tampoco queria ser fria y dominante, también queria vivir como una mujer común y corriente.
Ser una empleada sencilla, vestirse bonita, salir de compras, comer, reunirse y viajar con sus buenos amigos…
¿Pero acaso podia hacer todo eso?
Claro que no
Ni en el pasado ni ahora.
Porque esta vez, ella realmente solo se tenia a sí misma
Si no era fuerte, ¿quién la protegeria?
En la habitación del hospital, Selena solo suspiró suavemente.
En contraste con la tranquilidad en la habitación de Selena, la habitación de Rosa, justo al lado, estaba llena de gente.
La abuela de la familia Morales, Reyes Moreno, el padre Rubén Morales, la madre Viviana Marqués, Héctor, Sonia Hidalgo, quien la había ayudado a salvarse, y los amigos de Rosa que también la habian ayudado, asi como algunos compañeros de Rosa que estaban en el barco de la fiesta.
“Tu hermana se paso, ya te disculpaste con ella, ¿cómo se atrevió a echarte agua caliente?”
“Rosa, alejate un poco de tu hermana, siempre pensé que su aspecto frio daba miedo, solo serás maltratada a su lado!”
“Si, ella es una mujer, pero siempre viste esos trajes oscuros y formales. Escuché que en la empresa de Héctor, trabajaba tan duro que incluso los hombres eran incapaces competir con ella ¿Dónde está su lado femenino? Quien esté con ella, la verdad es que la pasará muy mal…”
Al escuchar esto, Hector se puso serio
Rosa sintio el cambio en Hector y frunció el ceño, mostrando fácilmente su fragilidad.
“Ella es mi hermana después de todo, aunque parezca fria y dificil de llevar, en realidad no es tan mala como lo aparenta…
La mejor amiga de Rosa, Raquel Fernández, intervino con enjo
“No hizo nada malo? Rosa, eres demasiado buena, te lo dije antes, ser demasiado buena no es algo bueno. Lo que ella te hizo, casi todos en Santa Monica lo saben. Si no hubiera sido por ella, tú ahora.*
“Basta”
De repente, la abuela Reyes, que no había dicho nada, se levantó y habló con severidad, llevando una expresión desagradable en su rostro..
Reyes era baja, tenia el pelo completamente blanco, pero lo llevaba recogido en un moño ordenado. Aunque las arrugas en su cara no ocultaban los signos del tiempo, sus ojos seguian siendo brillantes y enérgicos
Por la actitud de esta anciana, seguramente no había sido alguien fácil de tratar en su juventud.
Cuando la abuela habló, el bullicioso cuarto de hospital se calmó de repente
Reyes se acercó a Rosa y la miró, su expresión se suavizó al ver el aspecto asustado, frágil y un poco afligido de Rosa
Al final la abuela dijo: “Hiciste bien en ocultarle esto a los medios. Después de todo, ella también es parte de la familia Morales, y hablar de esto solo traerá problemas innecesarios”, Reyes hizo una pausa, y una clara expresión de disgusto cruzó por sus ojos, como si mencionar la palabra “ella” fuera algo vergonzoso
Rosa hablo suavemente “Lo sé, abuela En realidad, le fallé a mi hermana Ella tenia razón en enojarse conmigo, y además, yo tambien lo hice sin querer…”
Al escuchar las palabras de Rosa, el disgusto en los ojos de Reyes se profundizó.
“Ya, no hables más de ella! El viernes pasado por la noche, la ceremonia de nombramiento del hijo del presidente de Consorcio Terrén como el nuevo CEO global de Terrén se llevó a cabo en el hotel Acosta, y tu fuiste con él