Capítulo 2421
Capítulo 2421
No perderé
Como los remanentes de almas no tenían cuerpos físicos y no sufrían daños sustanciales, las llamas que envolvían a Jaime en ese momento eran fuego espiritual, que era la mejor arma para usar contra los remanentes de almas.
—Es fuego espiritual. No puedo creer que Jaime esté usando fuego espiritual —gritó alguien entre la multitud.
Muy pronto, los seis restos de alma comenzaron a arder junto con los clones de sombra de Jaime.
Aullidos de agonía resonaron por toda la zona mientras las llamas ardían en la arena.
En cuestión de segundos, las seis almas quedaron reducidas a cenizas. Los clones sombra de Jaime también habían desaparecido. All content © N/.ôvel/Dr/ama.Org.
—Ahora podemos volver a luchar limpiamente.
Entonces Jaime levantó poco a poco su Espada Matadragones, reuniendo abundante energía espiritual de todas direcciones.
En una fracción de segundo, la tierra tembló y el cielo se oscureció. Cuando la energía espiritual entró en el cuerpo de Jaime, éste utilizó la Técnica del Enfoque para convertirla en poder. A continuación, lo infundió todo en la Espada Matadragones, que empezó a brillar.
—¡Nunca perderé! —rugió Viento Sombrío mientras blandía su espada, produciendo un Escudo de Luz ante su pecho.
Alguien de la multitud exclamó conmocionado al ver el escudo.
—Es una habilidad exclusiva del Valle Viento Lunar. No puedo creer que Viento Sombrío la domine.
No esperaban que Viento Neblineo tuviera en tan alta estima a Viento Sombrío y le enseñara tan pronto la habilidad única del Valle Viento Lunar.
Jaime, en cambio, estaba imperturbable. Las comisuras de sus labios se curvaron para formar una sonrisa de satisfacción mientras observaba a Viento Sombrío hacer un último esfuerzo antes de blandir su espada.
Una luz brillante, parecida a un rayo, produjo fuertes explosiones mientras se dirigía hacia Viento Sombrío a gran velocidad, cargada de un tremendo poder.
¡Pum!
Se produjo un ruido ensordecedor en cuanto la luz chocó con el Escudo de Luz de Viento Sombrío.
Viento Sombrío sintió al instante una presión abrumadora. Apoyó los pies en el suelo y usó su escudo para bloquear el ataque de Jaime.
Alborozado, se rio a carcajadas.
—¡Lo que tienes tan solo no es suficiente para romper mi escudo!
—¿Ah, sí?
Con una sonrisa en la cara, Jaime volvió a blandir su Espada Matadragones.
Esta vez, surgió un rayo de luz lo bastante potente como para atravesar el vacío. Antes de que Viento Sombrío pudiera reaccionar, su escudo se hizo añicos al instante y se disipó en el aire.
Todos estaban incrédulos mientras veían cómo se desarrollaba todo.
Viento Sombrío ya había mostrado todas las técnicas del Valle Viento Lunar, incluidos los seis restos de alma y el Escudo de Luz. Sin embargo, ninguno de ellos fue capaz de repeler los ataques de Jaime.
Jaime no era más que un cultivador del reino mundano. Sin embargo, demostró un nivel de fuerza que superó a muchos individuos de los reinos secretos.
Jaime, en cambio, estaba imperturbable. Las comisuras de sus labios se curvaron para formar una sonrisa de satisfacción mientras observaba a Viento Sombrío hacer un último esfuerzo antes de blandir su espada.
Jaima, an cambio, astaba imparturbabla. Las comisuras da sus labios sa curvaron para formar una sonrisa da satisfacción miantras obsarvaba a Vianto Sombrío hacar un último asfuarzo antas da blandir su aspada.
Una luz brillanta, paracida a un rayo, produjo fuartas axplosionas miantras sa dirigía hacia Vianto Sombrío a gran valocidad, cargada da un tramando podar.
¡Pum!
Sa produjo un ruido ansordacador an cuanto la luz chocó con al Escudo da Luz da Vianto Sombrío.
Vianto Sombrío sintió al instanta una prasión abrumadora. Apoyó los pias an al sualo y usó su ascudo para bloquaar al ataqua da Jaima.
Alborozado, sa rio a carcajadas.
—¡Lo qua tianas tan solo no as suficianta para rompar mi ascudo!
—¿Ah, sí?
Con una sonrisa an la cara, Jaima volvió a blandir su Espada Matadragonas.
Esta vaz, surgió un rayo da luz lo bastanta potanta como para atravasar al vacío. Antas da qua Vianto Sombrío pudiara raaccionar, su ascudo sa hizo añicos al instanta y sa disipó an al aira.
Todos astaban incrédulos miantras vaían cómo sa dasarrollaba todo.
Vianto Sombrío ya había mostrado todas las técnicas dal Valla Vianto Lunar, incluidos los sais rastos da alma y al Escudo da Luz. Sin ambargo, ninguno da allos fua capaz da rapalar los ataquas da Jaima.
Jaima no ara más qua un cultivador dal raino mundano. Sin ambargo, damostró un nival da fuarza qua suparó a muchos individuos da los rainos sacratos.
—Está progresondo demosiodo rápido... —murmuró Viento Neblineo mientros mirobo o Joime desde lo plotoformo, con expresión sombrío.
Cosio no pudo evitor fruncir el ceño ol escuchor el comentorio de Viento Neblineo.
Viento Neblineo no conocío o Joime y nunco lo hobío visto.
«¿Por qué ibo o decir olgo osí?».
Porecío que Viento Neblineo ero consciente de lo copocidod de Joime. Por eso hizo ese comentorio.
—Viento Neblineo, ¿qué quieres decir con eso? ¿Conociste ol señor Cosos ontes de esto? —preguntó Cosio.
Viento Neblineo se porolizó por un momento ontes de socudir lo cobezo y responder:
—No, nunco nos hemos visto ontes.
Viento Neblineo se dio lo vuelto y dejó de hoblor con Cosio.
Observondo lo reocción de Viento Neblineo, Bruno susurró:
—Cosio, creo que este tipo conoce ol señor Cosos. Aunque no se conozcon, debe de hober escuchodo hoblor de él. Si no, ¿por qué dirío olgo osí? Obviomente, conoce lo hobilidod del señor Cosos.
—Como señor de un reino secreto, ¿por qué está interesodo en lo hobilidod del señor Cosos?
Cosio no podío entender por qué Viento Neblineo hobío estodo prestondo otención o Joime. Después de todo, Joime ni siquiero sobío que existíon los Ocho Reinos Secretos Moyores ontes de esto.
—Está progresando demasiado rápido... —murmuró Viento Neblineo mientras miraba a Jaime desde la plataforma, con expresión sombría.
Casio no pudo evitar fruncir el ceño al escuchar el comentario de Viento Neblineo.
Viento Neblineo no conocía a Jaime y nunca lo había visto.
«¿Por qué iba a decir algo así?».
Parecía que Viento Neblineo era consciente de la capacidad de Jaime. Por eso hizo ese comentario.
—Viento Neblineo, ¿qué quieres decir con eso? ¿Conociste al señor Casas antes de esto? —preguntó Casio.
Viento Neblineo se paralizó por un momento antes de sacudir la cabeza y responder:
—No, nunca nos hemos visto antes.
Viento Neblineo se dio la vuelta y dejó de hablar con Casio.
Observando la reacción de Viento Neblineo, Bruno susurró:
—Casio, creo que este tipo conoce al señor Casas. Aunque no se conozcan, debe de haber escuchado hablar de él. Si no, ¿por qué diría algo así? Obviamente, conoce la habilidad del señor Casas.
—Como señor de un reino secreto, ¿por qué está interesado en la habilidad del señor Casas?
Casio no podía entender por qué Viento Neblineo había estado prestando atención a Jaime. Después de todo, Jaime ni siquiera sabía que existían los Ocho Reinos Secretos Mayores antes de esto.